¿Donde encontrar los antecedentes?
¿En que lugar del pasado encuentro las raíces del hoy?Me recuerdo a mi mismo esperando que mi padre me traiga una revista a su regreso del trabajo.
Algunos días eran más de una.
Recuerdo claramente la expectativa de cada día ante su llegada.
Las historietas poblaron mi infancia de una manera que es imposible describir.Desde Linterna Verde hasta Patoruzito llenaron los rincones de mi cuarto en enormes pilas que yo revisaba una y otra vez.
No se si leí alguna de ellas completamente.
Nunca me importó.
A mi sólo me importaban los dibujos.
Revisar una y otra vez esas manchas distribuidas en cuadros en una página de papel.Algunas veces en color, otras no.
Me veo a mi mismo, revisando obsesivamente esas revistas con lupa.
Disfrutando los detalles en las manchas, las uniones de las líneas, las mezclas muchas veces imperfectas de colores.
La palabra que mejor puede describir aquello es asombro.
Yo era un niño asombrado.La fascinación que producían aquellas manchas en mi, crearon una obseción que da hoy, como resultado, mi forma de trabajo.
Podría entrar ahora en detalles de macro y microcosmos.
Podría hablar de configuraciones, causalidad e identificación.
Podría discurrir por largo rato sobre premeditación euritmia y connivencia.
Pero no es el momento.
Estas son las raices.
Lo demás es posterior y tal vez no tenga importancia.
